El trígono Venus-Neptuno fomenta la sensibilidad profunda, la inclinación artística y la empatía, con el desafío de canalizar esa imaginación en acciones concretas.
El trígono es un aspecto armónico de la naturaleza de Aries – Leo por lo que une a dos planetas del mismo elemento que colaboraran sin ningún tipo de obstáculo. Suelen simbolizar un talento innato de la persona y dan mayor resistencia y estabilidad frente a los cambios. Sin embargo, esta misma facilidad se puede volver en contra ya que no prepara para los cambios que traerán los tránsitos de planetas lentos.
Venus representa todo aquello que nos gusta y la manera en la que intentamos hacernos felices tanto a nosotros mismos como a los demás. Es la forma en que intentamos seducir y atraer a los otros por lo que también influye en cómo nos vestimos y nos mostramos. El signo en el que esté, representa la energía que nos gusta y a la que debemos acudir cuando nos sentimos mal. Los aspectos recibidos por Venus reflejaran la importancia que tiene para nosotros sentirnos valorados y amados y como lo demostramos. Cuando Venus aspecta a otro planeta los flexibiliza y lo hace más dócil. Siempre se debe analizar juntos a Venus y Marte.
Neptuno, cómo todos los planetas transpersonales, simboliza una energía impersonal y ante la que no queda más remedio que rendirse. Neptuno representa la confusión y el estado onírico pero también la idealización, la fantasía y el amor incondicional. Simboliza la necesidad que todos tenemos de transcender lo cotidiano y sobre pasar nuestras propias posibilidades. En aspecto, representa la pérdida de límites y estructura del planeta con el que entra en contacto.
El trígono entre Venus y Neptuno fomenta una profunda sensibilidad artística y emocional. Al ser un aspecto armónico, ambos planetas colaboran sin fricciones, fusionando sus cualidades de manera natural. Esto se traduce en una inclinación hacia la apreciación de la belleza, las artes y los ideales elevados.
Las personas con este aspecto suelen tener una imaginación sofisticada y una conexión especial con las dimensiones más sutiles de la vida. Esta sensibilidad a menudo se refleja en diversas creaciones artísticas. Sin embargo, el trígono no siempre impulsa a actuar, lo que puede resultar en la falta de materialización práctica de ese potencial creativo.
En las relaciones, este aspecto se manifiesta como empatía y comprensión hacia los demás, convirtiendo a quienes lo poseen en confidentes naturales. No obstante, existe el riesgo de caer en una permisividad excesiva que fomente la irresponsabilidad de quienes los rodean.
El trígono también puede influir en el ámbito profesional, orientando a estas personas hacia actividades dedicadas a lo social o lo artístico. El desafío reside en transformar su sensibilidad en acciones concretas, evitando que su imaginación quede sin materializarse en el mundo real.
Si te apetece seguir leyendo otros artículos, te invito que visites la sección de ASTRONEWS
