Símbolos de aspectos astrológicos para una entrada de Vivir En Astrológico.

TRÍGONO SOL – LUNA

El trígono Sol-Luna aporta estabilidad emocional y confianza para compartir sentimientos. Facilita la cooperación, pero puede generar resistencia al cambio.

El trígono es un aspecto armónico de la naturaleza de Aries – Leo por lo que une a dos planetas del mismo elemento que colaboraran sin ningún tipo de obstáculo. Suelen simbolizar un talento innato de la persona y dan mayor resistencia y estabilidad frente a los cambios. Sin embargo, esta misma facilidad se puede volver en contra ya que no prepara para los cambios que traerán los tránsitos de planetas lentos.

La Luna es muy porosa e influenciable por lo que los aspectos que recibe alterarán mucho su función. Estos aspectos reflejarán en gran medida la facilidad o la dificultad que podemos tener para proteger y cuidar a los demás, así como para poder encontrar un refugio y una seguridad para nosotros mismo. La Luna es la que describe cómo nos adaptamos a nuestro entorno y a los que nos rodean por lo tanto es un indicador muy importante de lo fácil o difícil que nos resultará convivir con los demás.

El Sol representa nuestro sentido de identidad, aquello que consideramos importante y de lo que nos sentimos orgullosos. Sus cualidades representan a la persona con la que nos identificamos. Todos los planetas que aspecten al Sol influirán en como nos vemos. El Sol esta centrado en el propósito de nuestras vidas, así como en todas aquellas pruebas con las que nos iremos encontrando en el camino, por lo tanto la información que hay en el Sol y sus aspectos serán clave para identificar nuestro destino.

El trígono entre el el Sol y la Luna representa una conexión armoniosa entre la identidad personal y la seguridad emocional. Estas personas suelen haber crecido en un entorno estable, donde la relación con sus padres fue amable y positiva. Esto no implica necesariamente una infancia completamente feliz, sino que hubo una sensación de seguridad y estructura que permitió el desarrollo personal sin grandes conflictos.

Este aspecto facilita la integración entre el Ser vital (Sol) y la necesidad emocional (Luna), permitiendo que la persona pueda desarrollar su identidad sin sentir que su seguridad está en peligro. La pertenencia a una familia, pareja o grupo no se percibe como una amenaza para la individualidad, sino como un factor que la refuerza. Además, el trígono otorga confianza para compartir emociones, lo que favorece las  relaciones sanas.

Una de sus mayores fortalezas es la capacidad de resolver conflictos emocionales de manera natural. La comunicación entre el consciente y el inconsciente es fluida, lo que ayuda a gestionar emociones y buscar soluciones sin que la identidad personal se vea comprometida. Esta facilidad en el manejo de las relaciones personales permite a quienes tienen este aspecto desenvolverse bien en entornos familiares, sociales y laborales, promoviendo la cooperación y la empatía.

Sin embargo, el trígono también puede generar cierta tendencia a la complacencia o al estancamiento en situaciones emocionales poco satisfactorias. El deseo de mantener la armonía y evitar conflictos puede llevar a la persona a soportar relaciones insatisfactorias o dinámicas familiares poco saludables con tal de no alterar el equilibrio existente. Aprender a reconocer cuándo es necesario tomar decisiones difíciles, incluso si afectan la estabilidad emocional momentáneamente, es clave para aprovechar plenamente este aspecto.

Si quieres profundizar más, te invito a que consultes los artículos: El Sol, cómo me gusta ser. La luna, nuestro niño interior. La conjunción

 

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