Facilidad entre acción y sensibilidad espiritual: el trígono Marte-Neptuno impulsa a actuar con compasión, empatía y energía sanadora hacia los demás.
El trígono es un aspecto armónico de la naturaleza de Aries – Leo por lo que une a dos planetas del mismo elemento que colaboraran sin ningún tipo de obstáculo. Suelen simbolizar un talento innato de la persona y dan mayor resistencia y estabilidad frente a los cambios. Sin embargo, esta misma facilidad se puede volver en contra ya que no prepara para los cambios que traerán los tránsitos de planetas lentos.
Marte representa nuestro valor para enfrentarnos a aquellas cosas que nos dan miedo. Es la energía que utilizamos para evitar el estrés y la tensiones de la vida diaria. Es la voluntad de supervivencia. Los aspectos, casa y signo indicarán que tipo de herramientas utilizaremos para defendernos, así como lo hábiles y capacitados que podemos sentirnos para utilizarlas ante una situación determinada. También es la cólera, la pasión por las cosas y el egoísmo. Marte estimulará cualquier planeta con el entre el contacto mostrando la persona gran fuerza en ese ámbito. Marte siempre tiene que ser analizado junto a Venus.
Neptuno, cómo todos los planetas transpersonales, simboliza una energía impersonal y ante la que no queda más remedio que rendirse. Neptuno representa la confusión y el estado onírico pero también la idealización, la fantasía y el amor incondicional. Simboliza la necesidad que todos tenemos de transcender lo cotidiano y sobre pasar nuestras propias posibilidades. En aspecto, representa la pérdida de límites y estructura del planeta con el que entra en contacto.
El trígono Marte – Neptuno promueve una fácil conexión entre la acción y la sensibilidad espiritual. Esta combinación dota a la persona de una energía compasiva y empática, que no solo guía sus acciones, sino que las impregna de un idealismo profundamente humano. Marte proporciona la iniciativa y determinación, mientras que Neptuno sugiere direcciones inspiradas, llenas de sueños y anhelos colectivos. Así, el deseo individual queda al servicio de un propósito más amplio y social.
Las relaciones personales bajo este aspecto suelen teñirse de una dimensión emocional profunda, marcada por la empatía y la comprensión mutua. Hay una búsqueda constante de lazos amorosos significativos, en los que la conexión espiritual sea tan relevante como la física. Esto puede dar lugar a romances intensos y apasionados, donde el amor y la compasión se entrelazan de forma natural.
A menudo, quienes poseen este aspecto sienten una vocación hacia actividades que implican apoyo social, orientación o ayuda a quienes enfrentan dificultades. Sin embargo, absorber el sufrimiento ajeno puede resultar agotador, requiriendo momentos de liberación para recuperar la vitalidad. Este trígono ofrece una presencia sanadora y reconfortante que inspira confianza en quienes atraviesan dificultades.
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