El sextil entre Venus y Plutón invita a explorar las relaciones profundas de manera consciente, fomentando un camino voluntario hacia la transformación emocional.
El sextil es de la naturaleza de Aries – Géminis por lo que une planetas de elementos compatibles. Representan habilidades y talentos innatos que pueden desarrollarse con un pequeño esfuerzo. Se dice que son aspectos de oportunidad porque a diferencia de los trígonos, es necesario hacer un pequeño esfuerzo para que la relación entre esos dos planetas sea fluida.
Venus representa todo aquello que nos gusta y la manera en la que intentamos hacernos felices tanto a nosotros mismos como a los demás. Es la forma en que intentamos seducir y atraer a los otros por lo que también influye en cómo nos vestimos y nos mostramos. El signo en el que esté, representa la energía que nos gusta y a la que debemos acudir cuando nos sentimos mal. Los aspectos recibidos por Venus reflejaran la importancia que tiene para nosotros sentirnos valorados y amados y como lo demostramos. Cuando Venus aspecta a otro planeta los flexibiliza y lo hace más dócil. Siempre se debe analizar juntos a Venus y Marte.
Plutón, cómo todos los planetas transpersonales, simboliza una energía impersonal y ante la que no queda más remedio que rendirse. Plutón representa el poder absoluto, la muerte y resurrección, la destrucción para comenzar desde cero. También es la lucha más descarnada por la supervivencia. La Casa que ocupe representa el área de la vida en donde no quedará más remedio que reinventarse y donde se vivirán situaciones traumáticas. En aspecto, provoca que se viva la energía del otro planeta como algo amenazante, a vida o muerte.
El sextil entre Venus y Plutón invita a explorar las relaciones profundas y transformadoras. A diferencia del trígono, que opera de forma automática, el sextil introduce un mecanismo de elección y trabajo consciente.
Este aspecto actúa como una alarma que permite identificar las implicaciones y características de cada relación. Mientras que el trígono impulsa una conexión casi inevitable con relaciones intensas, el sextil brinda la posibilidad de decidir si se quiere o no emprender un camino de transformación personal a través del amor y los afectos.
El verdadero reto del sextil es el trabajo que implica canalizar y contener las emociones más profundas. Requiere aceptar las propias necesidades emocionales y encontrar formas conscientes de expresarlas, permitiendo la entrega voluntaria a relaciones que propicien una evolución y crecimiento personal.
La clave de este aspecto reside en la capacidad de elegir cómo abordar las relaciones, rechazando las dinámicas intensas, y a veces, destructivas de Plutón.
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