El sextil Sol-Neptuno promueve la adaptación consciente de nuestra personalidad al entorno, impulsando la conexión con el alma colectiva y la compasión hacia los demás.
El sextil es de la naturaleza de Aries – Géminis por lo que une planetas de elementos compatibles. Representan habilidades y talentos innatos que pueden desarrollarse con un pequeño esfuerzo. Se dice que son aspectos de oportunidad porque a diferencia de los trígonos, es necesario hacer un pequeño esfuerzo para que la relación entre esos dos planetas sea fluida.
El Sol representa nuestro sentido de identidad, aquello que consideramos importante y de lo que nos sentimos orgullosos. Sus cualidades representan a la persona con la que nos identificamos. Todos los planetas que aspecten al Sol influirán en como nos vemos. El Sol esta centrado en el propósito de nuestras vidas, así como en todas aquellas pruebas con las que nos iremos encontrando en el camino, por lo tanto la información que hay en el Sol y sus aspectos serán clave para identificar nuestro destino.
Neptuno, cómo todos los planetas transpersonales, simboliza una energía impersonal y ante la que no queda más remedio que rendirse. Neptuno representa la confusión y el estado onírico pero también la idealización, la fantasía y el amor incondicional. Simboliza la necesidad que todos tenemos de transcender lo cotidiano y sobre pasar nuestras propias posibilidades. En aspecto, representa la pérdida de límites y estructura del planeta con el que entra en contacto.
El sextil entre el Sol y Neptuno ofrece una oportunidad única de integrar nuestra personalidad con el entorno y las personas que nos rodean. Este aspecto facilita la adaptación, pero no de manera automática. Para que este ajuste se dé de forma armoniosa, es necesario un trabajo personal consciente. Aunque el Sol y Neptuno cumplen funciones diferentes, sus energías pueden complementarse perfectamente si somos capaces de reconocer sus distinciones y no verlas como incompatibles. A través de este proceso de adaptación, se nos ofrece la posibilidad de alinearnos con el alma colectiva, conectando nuestras identidades individuales con el flujo universal.
Sin embargo, si no existe esta conciencia y disposición para abrirnos, el Sol puede percibir la influencia de Neptuno como disgregadora, lo que podría llevar a la persona a aislarse y bloquear su conexión con el mundo. En este caso, el ego puede encerrarse en una burbuja de aislamiento, proyectando sobre Neptuno una sensación de confusión y temor ante la apertura hacia los demás. El resultado es una ilusión de independencia que limita el crecimiento personal.
Este aspecto también nos ofrece la posibilidad de aprender a ser más compasivos y sensibles tanto hacia nosotros mismos como hacia los demás. Aunque al principio este tipo de apertura puede resultar incómodo, el sextil nos anima a superar la tentación de cerrarnos en una identidad separada. Con el tiempo, descubrimos que integrar nuestras experiencias con el alma colectiva no solo es posible, sino enriquecedor. Este proceso de aprendizaje nos permite descubrir el poder de la conexión, tanto con el mundo como con nuestra propia esencia.
En resumen, el sextil Sol-Neptuno ofrece un camino hacia el equilibrio entre el ego y el alma colectiva. La clave está en el trabajo consciente de adaptación y apertura, lo que nos llevará a una mayor compasión y conexión con el mundo que nos rodea.
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