El sextil Luna-Plutón fomenta equilibrio emocional y ayuda a integrar cambios profundos con confianza, lejos de la dependencia o el miedo.
El sextil es de la naturaleza de Aries – Géminis por lo que une planetas de elementos compatibles. Representan habilidades y talentos innatos que pueden desarrollarse con un pequeño esfuerzo. Se dice que son aspectos de oportunidad porque a diferencia de los trígonos, es necesario hacer un pequeño esfuerzo para que la relación entre esos dos planetas sea fluida.
La Luna es muy porosa e influenciable por lo que los aspectos que recibe alterarán mucho su función. Estos aspectos reflejarán en gran medida la facilidad o la dificultad que podemos tener para proteger y cuidar a los demás, así como para poder encontrar un refugio y una seguridad para nosotros mismo. La Luna es la que describe cómo nos adaptamos a nuestro entorno y a los que nos rodean por lo tanto es un indicador muy importante de lo fácil o difícil que nos resultará convivir con los demás.
Plutón, cómo todos los planetas transpersonales, simboliza una energía impersonal y ante la que no queda más remedio que rendirse. Plutón representa el poder absoluto, la muerte y resurrección, la destrucción para comenzar desde cero. También es la lucha más descarnada por la supervivencia. La Casa que ocupe representa el área de la vida en donde no quedará más remedio que reinventarse y donde se vivirán situaciones traumáticas. En aspecto, provoca que se viva la energía del otro planeta como algo amenazante, a vida o muerte.
El sextil entre la Luna y Plutón facilita un equilibrio entre la seguridad emocional y la transformación profunda. Este aspecto nos hace conscientes de los retos que existen entre la necesidad de estabilidad (Luna) y las demandas de cambio y renuncia propias de Plutón. A diferencia de otros aspectos, el sextil permite trabajar estas diferencias desde una base de optimismo y confianza, ayudándonos a construir una base emocional sólida.
Este aspecto fomenta una relación activa entre los dos planetas. No hay una conexión automática ni fusional, como en el trígono o la conjunción, sino un espacio en el que reflexionar y aprender. Esta distancia favorece una comprensión emocional más madura y equilibrada, donde la intensidad de Plutón se integra de manera saludable, lejos de comportamientos compulsivos o dependencias tóxicas.
El sextil nos invita a renovar patrones emocionales limitantes y transformarlos en formas de expresión más sanas. Este proceso de observación mutua también despierta en quienes tienen este aspecto una capacidad aguda para comprender las motivaciones y perspectivas de los demás. Esta habilidad fomenta la expansión de su consciencia y les permite abrazar múltiples realidades subjetivas.
El trabajo clave es equilibrar la función lunar y la plutoniana para aceptar los cambios profundos, pero que no sean percibidos como amenazas, sino pasos necesarios para crecer. Al integrar esta comprensión, el sextil ofrece confianza para avanzar en el propio camino, reconociendo que incluso las transformaciones más difíciles forman parte de un proceso vital que siempre está a nuestro favor.
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