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QUIRÓN EN CASA 8

Quirón en Casa 8 nos enfrenta al poder psíquico heredado de la madre, las heridas profundas y la necesidad de aceptar la influencia de los demás, incluyendo la muerte.

El arquetipo de Quirón en astrología en la Carta Natal representa una herida emocional o psicológica profunda que todos llevamos, la cual nunca se cura del todo, pero que también se convierte en una fuente de sabiduría y sanación. Pero lo más importante de Quirón es que nos permite encontrar sentido y significado en nuestras experiencias a medida que aprendemos a gestionarlo. La casa en la que se encuentra Quirón muestra el área de la vida en la que sentimos esta herida, mientras que la casa opuesta puede revelar dónde podemos sanar a los demás.

Por otro lado, la Casa 8 en astrología en la Carta Natal está asociada con la intimidad profunda, la fusión emocional y las transformaciones en las relaciones, especialmente con la pareja. Representa temas de poder, crisis, herencias y lo oculto. Los planetas en esta casa revelan cómo enfrentamos lo desconocido, nuestros miedos y deseos ocultos, así como nuestra relación con el dinero compartido y las finanzas en el matrimonio. Esta casa también sugiere una búsqueda de seguridad emocional a través de la conexión íntima y puede reflejar la forma en que lidiamos con temas de muerte y transformación.

Con Quirón en la Casa 8 de la Carta Natal las personas se vuelven muy conscientes del poder de la energía psíquica, del poder que tiene la madre, quien nutre al niño no solo físicamente, sino también a nivel anímico. La madre, en sus primeros años de vida, posee casi un derecho absoluto sobre la vida y la muerte del niño. Al crecer, nos damos cuenta del poder que los demás tienen sobre nosotros, un poder que puede herir nuestra conciencia y cambiar profundamente nuestra identidad. Este dolor puede llevar a un inmenso retraimiento en las relaciones íntimas. Quirón en esta posición nos enfrenta a la muerte, a la influencia de los demás, y nos invita a aceptar este poder externo, sabiendo que, aunque no podamos cambiarlo, es una parte necesaria de nuestra experiencia. Esta aceptación es clave para la sanación.

Conoce el arquetipo de Quirón, el sanador herido.