Símbolo astrológico de la Luna en Aries para Vivir en Astrológico.

LUNA EN ARIES

La Luna en Aries simboliza una madre activa y deseante, generando impaciencia y un miedo a la dependencia. Estas personas necesitan libertad y espacio personal.

El arquetipo de la Luna en astrología representa nuestras necesidades emocionales y el sentido de pertenencia. Su posición en la Carta Natal indica cómo experimentamos la seguridad emocional y cómo nos relacionamos con los demás. Es responsable de las relaciones de apego y de los hábitos inconscientes que pueden sabotear nuestros objetivos. Aunque se asocia a la figura materna, es más bien una representación de nuestra percepción interna de la maternidad. Cada persona puede experimentar la energía lunar de manera diferente, lo que influye en sus reacciones emocionales. La Casa donde se encuentra la Luna señala las áreas en las que somos creativos y donde necesitamos desarrollar aptitudes para adaptarnos a la vida.

Por otro lado, Aries es un signo de fuego, conocido por su energía dinámica, competitiva y orientada a la acción. Las personas mucha energía de Aries en su Carta Natal son líderes naturales, impulsivos y dispuestos a asumir riesgos. Valoran la independencia y la superación personal, pero su impaciencia y falta de consideración por las consecuencias, a veces los lleva a conflictos. Son directos, audaces y poseen una voluntad de hierro para lograr sus objetivos. En el amor, buscan relaciones que desafíen y estimulen su necesidad de aventura y emoción.

La persona con Luna en Aries vivó a su madre como alguien deseante, vital, entusiasta y muy activa. Su carácter impaciente, tajante y directo la llevaba a no esperar y a ser invasiva.

En la memoria afectiva, la madre se presenta como alguien que invadió el espacio, presionó e impuso sus deseos sobre los del individuo. Esto ha generado una identificación con lo masculino y un problema con lo femenino. La energía lenta y terrenal le resulta difícil de manejar, y por eso no le gusta depender de nadie ni que nadie dependa de ella. Prefiere vivir sola para no perder su libertad, y si vive con alguien, busca que esa persona también sea muy independiente.

Cómo consecuencia de esta dinámica tendrá el cuerpo tenso y en alerta, preparado para que nadie lo domine. Existe un miedo a perder la libertad de decisión, lo que lleva a sentirse fácilmente invadido, con reacciones emocionales impulsivas y agresivas. Hay un miedo a las mujeres y dificultad con lo femenino, así como un miedo al afecto, que se ve como una invasión. Esto genera luchas con las personas que se quieren y una necesidad de tener su propio espacio. La persona repite movimientos y acciones, se apega a hacer cosas porque es así como se siente viva, actuando por impulso y generando inicios constantes. Tiene mucho entusiasmo por comenzar cosas, aunque se cansa pronto y necesita resultados rápidos.

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