Saturno no es un planeta simpático; de hecho, los antiguos lo llamaban el “Gran Maléfico”. Representa la disciplina, el esfuerzo, la seriedad y el control. Además, es Cronos, el tiempo, y por eso está relacionado con la vejez.
Quizás lo mejor que se puede decir de Saturno es que es el responsable de esa satisfacción que sentimos al terminar un trabajo que nos ha costado mucho esfuerzo y tiempo, pero cuyos resultados finalmente vemos. Saturno también es la sensación de soledad, de percibirnos como seres aislados que deben asumir sus responsabilidades por un sentido del deber.
Representa también la autoridad, tanto la externa como ese juez interno que no nos deja en paz y que nos acosa hasta que alcanzamos la perfección.
Saturno es lo que nos hace buscar la aprobación social a través del acatamiento de las normas establecidas. Nos enseña que no es posible satisfacer todos nuestros deseos y que tenemos que adaptarnos a nuestra realidad y a los límites que, de una u otra forma, existen en nuestra vida.
Es el castigo detrás de la autocomplacencia, lo que nos hace volver al camino de “hacer las cosas que hay que hacer, de la forma que hay que hacerlas”. Y si para conseguirlo, hay que ser austeros y sacrificarnos, Saturno no mostrará ninguna clemencia, porque lo único importante es alcanzar la meta, cueste lo que cueste.
Es el trabajo monótono y laborioso que pone a prueba nuestra paciencia, pero también la estrategia a largo plazo, esa planificación que, aunque cueste años, termina dándonos el aprobado en unas oposiciones o la dirección que soñábamos.
Saturno da importancia al signo que toca. Por ejemplo, con Saturno en Tauro, el dinero y la seguridad económica serán primordiales. Y el sector donde se encuentra nos indica dónde nos sentimos inadecuados y tememos ser criticados. Pero precisamente ese miedo nos hará buscar la excelencia y la perfección. Por ejemplo, con Saturno en Casa 9, la persona dará mucha importancia a su formación académica y, debido a eso, será un estudiante sacrificado que conseguirá titulaciones importantes.
Un Saturno muy fuerte en la Carta Natal otorgará al individuo los beneficios de la prudencia, la paciencia y el sentido del deber. Pero uno afligido hará que la persona se muestre temerosa, insensible y con gran estrés y ansiedad.
A nivel mundano, Saturno representa, entre otras cosas, las grandes construcciones y la administración pública. Muchas veces, las personas con un Saturno muy fuerte en la zona de la profesión tienden a trabajar en grandes empresas o en la administración.
En astrología, Saturno es el regente diurno de Acuario, expresándose a través de una inteligencia lógica y secuencial; y el regente nocturno de Capricornio, al que aporta una gran disciplina y amor por la historia.
Conoce al signo que rige Capricornio