La conjunción Saturno-Plutón impulsa a superar traumas y abrazar el cambio para desplegar el verdadero potencial. La transformación profunda pide resiliencia.
La conjunción es un aspecto astrológico muy energético de la naturaleza de Aries – Aries, por lo que nos empuja a la acción. Se produce cuando dos planetas se encuentran lo suficientemente juntos en la eclíptica como para actuar juntos. Cuanto más cercanos estén los planetas, más fuerte será su efecto. La compatibilidad de la naturaleza de los planetas en conjunción será clave para saber si trabajan a favor o en contra del resto de la Carta Natal.
Saturno representa los límites y el temor por eso cuando entra en contacto con alguno de los planetas de la Carta Natal inhibe la función de ese planeta. El signo y casa en el que este nuestra una energía y área de experiencia en la que nos sentiremos inadecuados y torpes por lo que durante toda la vida habrá un esfuerzo para conseguir la excelencia. Al planeta con el que entra en contacto le proporciona una gran resistencia. Muchas veces muestra cual es la relación que existe con la autoridad de cualquier tipo.
Plutón, cómo todos los planetas transpersonales, simboliza una energía impersonal y ante la que no queda más remedio que rendirse. Plutón representa el poder absoluto, la muerte y resurrección, la destrucción para comenzar desde cero. También es la lucha más descarnada por la supervivencia. La Casa que ocupe representa el área de la vida en donde no quedará más remedio que reinventarse y donde se vivirán situaciones traumáticas. En aspecto, provoca que se viva la energía del otro planeta como algo amenazante, a vida o muerte.
La conjunción entre Saturno y Plutón representa intensas pruebas y profundas transformaciones. Este aspecto se asocia con la necesidad de liberarse de viejos condicionamientos y patrones que han dejado de ser funcionales. Las personas que nacen bajo esta influencia suelen enfrentarse a restricciones y limitaciones que obstaculizan su progreso, percibiéndolas a menudo como maldiciones familiares o heredadas que impiden desplegar su verdadero potencial.
Saturno aporta estructura y disciplina, mientras que Plutón simboliza la destrucción y regeneración. Juntos, estos planetas llevan al individuo a confrontar aspectos oscuros de su historia personal o familiar. En muchas ocasiones, esto implica la necesidad de hacer más con menos, concentrándose en lo que es esencial y desechando todo lo superfluo.
Desde una perspectiva más interna, esta conjunción requiere una transformación profunda que permita al individuo superar viejos traumas. Muchas veces, estos bloqueos permanecen ocultos hasta que el trabajo personal los saca a la luz. Estas personas suelen experimentar una intensa presión que les obliga a enfrentarse a sus miedos más profundos y a perseverar con paciencia para lograr la transformación.
Cuando la energía de este aspecto se polariza hacia Saturno, puede manifestarse como una resistencia al cambio. Esto puede llevar a una visión conservadora de la vida y a un respeto excesivo por las tradiciones. En el ámbito emocional, esta polarización puede resultar en una represión de los sentimientos y en una búsqueda constante de seguridad. Es fundamental aprender a aceptar las emociones, incluso cuando son intensas, y permitir que fluyan libremente.
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