La persona con ascendente en el signo de Capricornio da una primera impresión de seriedad y racionalidad, siendo poco expresiva emocionalmente. Son personas habitualmente disciplinadas, con gran capacidad de trabajo y perseverantes. También son profundamente pesimistas y escépticas, solo creen en lo que ven.

Para desarrollar su energía capricorniana, en su entorno habrá habido personas muy trabajadoras, con principios muy claros y rígidos. La relación con el padre puede ser problemática, ya que a veces es una persona muy autoritaria.

Debido a esto, desarrollan una gran atracción, pero también un gran rechazo a asumir responsabilidades, porque si lo hacen, saben que no se van a conformar con menos que la perfección, y eso lo viven como una gran carga. Pueden tener la sensación de que les vigila un padre severo que espera obediencia y logros.

También sienten admiración y rechazo simultáneamente por las personas que, de una forma u otra, tienen poder como con sus jefes en el trabajo. Intentarán hacer las cosas acompañados y según el reglamento por miedo a equivocarse, ya que le tienen terror a la crítica. Y es que, si se saltan las reglas, aunque sea una sola vez, les pillarán y tendrán que pagar las consecuencias.

La vida les obligará a asumir cargas e imposiciones de forma autónoma, siendo frecuente que no puedan contar con nadie. Los proyectos no se les darán fácilmente, sino que se presentarán de forma recurrente dificultades, obstáculos y retrasos. Puede haber un sentimiento de frustración y desilusión porque sienten que sus sueños no se han cumplido.

Tendrán la tendencia a relacionarse con personas complejas y difíciles de tratar, que exigen esfuerzos y tomar responsabilidades. Suelen buscar una pareja que sea de un signo de Agua (Cáncer, Escorpio o Piscis) para sentirse queridos y consolados en su hogar.

La presencia de planetas en el Ascendente matizará esta interpretación.

Conoce la energía del signo Capricornio