Los planetas transpersonales (Urano, Neptuno y Plutón) representan fuerzas que, como indica su nombre, están más allá de lo personal, y ante las cuales no tenemos ninguna defensa. Dependiendo de la Carta Natal de cada uno, estas fuerzas se viven de mejor o peor manera, pero hasta cierto punto da igual, porque cuando uno de estos planetas en tránsito toca un punto importante o a un planeta natal, por mucho que queramos resistirnos, su efecto se va a manifestar.
Además, cuando en una figura natal los transpersonales ocupan un lugar destacado o hacen aspectos a planetas personales, sobre todo al Sol, toda la personalidad se resiente. Es decir, el resto de los elementos solo se manifestarán de forma superficial, porque el fondo de esa persona resuena fuertemente con la energía de ese transpersonal. Ante esto, la persona se siente indefensa y puede actuar simbolizando en todas o en algunas partes de su vida esta energía. También puede intentar mantenerla encerrada en una botella, como si fuera un genio al que es mejor ocultar. A esto se le llama Polaridad Transpersonal.
Urano simboliza los cambios repentinos, esos que en un segundo ponen todo patas arriba y te hacen cambiar completamente tu vida. Pero además, es el “pensar fuera de la caja”, ver las cosas de forma diferente y original. Sin embargo, precisamente ese verse y vivirse distinto a los demás, puede llevar a estas personas a sentirse aisladas y, muy frecuentemente, con miedo a la locura. Lo que hay de fondo es angustia, ya que son muy conscientes de lo que supone ser diferente, sin pares, rechazados y alejados del resto.
Cuando se produce esta polaridad, las personas que deciden encarnar la energía de Urano suelen convertirse en rebeldes sin causa, que no quieren ni pueden asociarse a los demás. Esto les roba el sentimiento de pertenencia y los hace profundamente infelices. Pero también es muy común que la persona intente mantener a Urano alejado, convirtiéndose en alguien profundamente rígido y controlador. La idea aquí es que: «si pasa algo, no pase nada». Estas personas tampoco son felices porque dedican su vida a mantener un control férreo de todos los aspectos: económico, sentimental, familiar… lo que les hace perderse grandes experiencias vitales.
La solución, como enseña la astrología, es el reconocimiento y la integración de todas las energías que hay en nuestra Carta Natal. Pero es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Por eso me llamó la atención la Carta Natal de Iris Apfel.
Iris Apfel es una mujer de origen judío, nacida en Nueva York el 29 de agosto de 1921. Sus padres regentaban pequeños negocios, pero ella se inclinó por el mundo del diseño, siguiendo el ejemplo de su madre, que tenía su propia tienda de moda. En el amor fue muy estable, ya que estuvo casada durante 67 años con Carl Apfel, hasta la muerte de éste a los 100 años. Juntos fundaron la empresa de diseño de interiores y telas llamada Old World Weavers, con la que tuvieron un gran éxito, llegando incluso a ser contratados en muchas ocasiones para cambiar la decoración de la Casa Blanca.
Sin embargo, no fue hasta 2005 cuando Iris Apfel comenzó a aparecer en revistas de moda y, según sus propias palabras, (siempre brillantes y divertidas) se convirtió en una «modelo geriátrica». Falleció hace pocos meses a los 102 años de edad.
Su estilo, original y ecléctico, refleja a la perfección su Carta Natal.
No hay casas porque no he encontrado la hora de nacimiento, pero lo que en esta figura natal me parece impactante es el Urano tan fuerte que tiene, ya que hace oposición a varios planetas, entre ellos a ambas luminarias (Sol y Luna). Es especialmente importante la oposición al Sol, porque representa nuestra identidad, y al tener contacto con Urano, suele producirse la polaridad de la que hablábamos antes. Pero Iris Apfel supo ser distinta y original sin que eso la llevase a aislarse. De hecho, en su decálogo de cómo ser feliz dice:
«No te aísles: Encaja primero, y luego sal. Hay una diferencia entre ser percibido como original y ser aceptado, incluso amado por ello, y ser percibido como diferente y ser resentido por ello».
Esto refleja lo bien que tenía integrado a Urano.
También dice:
«Preocúpate de tu propia opinión por encima de la de los demás: Si tienes que ser todo para todos, terminas siendo nada para nadie».
Esto nos da una idea de que ella era consciente de que su forma de pensar no se asemejaba a la del resto.
Otra cosa interesante en su Carta Natal es la gran cantidad de planetas que tiene en Virgo: Sol, Mercurio y la conjunción Júpiter-Saturno, que también es muy creativa. Tantos planetas en Virgo, sobre todo el Sol, podrían haberla empujado a una vida de servicio y discreción, pero entonces su Urano se habría rebelado. En lugar de eso, combinó la gran capacidad de trabajo de Virgo y su virtuosismo característico, con la originalidad de Urano.
Como ves, es un gran ejemplo sobre la autenticidad (tan rara hoy en día) y el autoconocimiento. Esta es una de las grandes lecciones que podemos aprender de la astrología: la felicidad y el éxito solo se alcanzan cuando somos capaces de vivir e integrar nuestras energías innatas.
Conoce el arquetipo de URANO, EL TRIUNFO DE LA CIENCIA – FICCIÓN
Reconocimiento al autor de la fotografía de la portada: De MiamiFilmFestival – https://www.flickr.com/photos/55155430@N03/16733360409/, CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=72608544