En astrología, el Sol y el Ascendente representan dos aspectos clave de la personalidad, pero se manifiestan de formas diferentes. El Sol se asocia con la identidad central de la persona, su esencia y la manera en que aborda la vida desde su interior. Por otro lado, el Ascendente influye en cómo la persona se proyecta hacia el mundo exterior, afectando su forma de vestir, de expresarse y de enfrentar nuevas experiencias. En resumen, el Ascendente define la primera impresión que los demás tienen de la persona. También marca el tipo de experiencias tenemos que vivir como destino para integrar la energía del signo del Ascendente.

Las personas con el Sol en Tauro son materialista y necesitan la estabilidad y la seguridad que les proporciona el dinero y las posesiones materiales. Son personas constantes y pacientes y, aunque pueden ser lentos para iniciar cualquier proyecto, una vez que se ponen a ello no lo dejarán hasta terminar.

Son grandes hedonistas a los que les gusta disfrutar de los placeres de la vida.  Y aunque en general son personas cálidas y afectuosas, también pueden ser extremadamente tercas e inflexibles una vez que han tomado una decisión. En el amor, los Tauro son tradicionales y posesivos, prefiriendo relaciones estables y duraderas.

Por otro lado, quienes tienen el Ascendente en Tauro suelen ser percibidos como tranquilos y prácticos. Es habitual que se hayan criado en entornos donde se haya valorado mucho el dinero y las posesiones, lo que les ha llevado a desarrollar una relación compleja con la riqueza. Pueden experimentar al mismo tiempo admiración y rechazo hacia las personas ricas y posesivas ya que en su vida, a menudo, tendrán que enfrentar altibajos financieros.

Con frecuencia viven con la sensación de que todo es demasiado lento y que deben esperar demasiado para conseguir sus objetivos. Pero es que su misión es aprender a ser pacientes y aceptar el ritmo natural de la vida para integrar la energía taurina.

Conoce al Regente de Tauro