La persona con ascendente en el signo de Piscis se muestra como alguien soñador, fantasioso e ingenuo. Desprenden una energía confusa para la mente ordinaria, como si estuvieran conectados a otro plano, algo espiritual, psíquico o imaginativo. Tienen un profundo sentido de la vulnerabilidad, por lo que desarrollan una hipersensibilidad casi psíquica debido a que no tienen capacidad de poner límites. Les gustarán todos los mundos donde se puedan perder: televisión, cine, juegos de ordenador, libros, música…
Para desarrollar su energía, habrá crecido en una familia confusa, indefinida, con un cierto clima de ambigüedad en los roles que jugaban. Habrá vivido sucesos caóticos, fluctuantes y poco definidos.
Los niños pequeños viven este ascendente de forma más natural, pero luego intentan controlarlo porque de adultos se vuelven mucho más perturbador. Es habitual ver cómo, a partir de cierta edad, la persona se polariza en el extremo opuesto, volviéndose hiper racional y escéptica.
Por esto, desarrollan una gran atracción, pero también un gran rechazo hacia las personas soñadoras. En el fondo, tienen miedo a perderse, a entrar en confusión y, quizás, a parecerse a alguno de sus padres.
Pero en su vida atraerán experiencias de confusión, muchas ilusiones y desilusiones, porque necesitan despertar de la fantasía y salir de su burbuja. También enfrentarán situaciones donde haya engaños, falta de lógica y todo tipo de situaciones nebulosas. Es típico de estas personas vivir experiencias mágicas y espirituales.
Suelen jugar al juego tan pisciano de “salvador – víctima”, lo que puede complicar sus relaciones personales.
Tienen que aprender a fluir, a desarrollar la intuición, lo místico y lo espiritual. También a integrar el misterio que nos rodea y fluir en la insignificancia que evidencia la experiencia trascendental.
La presencia de planetas en el Ascendente matizará esta interpretación.
Conoce la energía del signo Piscis