Júpiter está detrás de esa sensación de que todo va bien y representa la confianza que sentimos al sabernos conectados a realidades que están más allá de los intereses del ego personal. Júpiter es la voz interior que nos pide que nos mejoremos a nosotros mismos, mirando al futuro con optimismo y esperanza.
Es el planeta de la Ley de Atracción, porque es responsable de magnificar aquello a lo que le prestamos atención y el que nos hace percibir los sincronismos. La fortaleza de Júpiter realmente viene de su generosidad, porque quiere el bien común y huye de todo tipo de egoísmo.
Cuando Júpiter está en un signo de Fuego, hay mucha vitalidad, sed de automejora y de empujar los límites. Solo se interesará por aquello que es útil para la vida y no tanto por simplemente ganar dinero. Sin embargo, hay un punto importante de dogmatismo y arrogancia intelectual que le hace ser desconsiderado con el otro o directamente ignorarlo.
Una persona con Júpiter en Sagitario tiene la suerte de su parte porque intuitivamente sabe dirigirse hacia ella. Encontrar el sentido de la vida es lo más importante para esta persona, y a lo largo de su vida, construirá su propia filosofía personal. Si no lo consigue, caerá en depresión.
Se comunica con entusiasmo y transmite su optimismo a los demás. Tiene un fuerte sentido de la justicia en su forma de concebir la vida, pero tiende al exceso, magnificando tanto lo bueno como lo malo.
No está muy preocupado por el dinero, sino en que la vida refleje su visión idealista del mundo.
En el colegio, tendrá una buena disposición para aprender, aunque en poco tiempo creará su propia teoría que defenderá de forma dogmática. Como estudiante, es apático y desorganizado, excepto si se siente motivado; en ese caso, se dedicará incansablemente a perfeccionarse en esa disciplina.
Como viajeros incansables, siempre tendrán la maleta preparada.
Conoce la energía del signo