La primera impresión de una persona con ascendente en Tauro es la de alguien tranquilo, concreto y lógico. Alguien muy hedonista y disfrutón de todo tipo de placeres.

Para aprender a desarrollar la energía taurina, desde un principio, en su hogar y entorno, habrá habido personas que valoren mucho el dinero y las posesiones materiales, y que quizás hayan sido demasiado posesivas. Es decir, la riqueza siempre habrá sido un tema, tanto por su abundancia como por la falta de recursos.

También habrá habido personas que daban mucha importancia a la utilidad de las cosas y no les guste malgastar. Puede haber vivido en el típico hogar en el que no se tiraba nada.

Esto le llevará a sentir una ambivalencia hacia las personas ricas y posesivas: por un lado, las admirará y envidiará, pero por otro, las criticará y rechazará. También sentirá que la vida va demasiado lenta y que nunca pasa lo que desea cuando lo desea. El peligro reside en volverse demasiado ocioso o indolente y quedarse con algo por puro apego y sensación de seguridad.

Durante su vida, tendrá experiencias extremas con el dinero y los recursos, viviendo grandes ganancias y grandes pérdidas, precisamente para que aprenda el valor de la materia, que es lo que mejor representa a Tauro.

También enfrentará retrasos de todo tipo, porque Tauro es un signo lento que representa la naturaleza, donde todo tiene su ritmo. Si no aprende a ser paciente, tendrá que ver cómo sus objetivos, una y otra vez, se tuercen.

La presencia de planetas en el Ascendente matizarán esta interpretación.

Conoce la energía del signo Tauro