En astrología, los aspectos son la distancia angular entre planetas, medida en grados, que nos indica cómo se relacionan entre sí dentro de la figura astral. No se trata solo de “a cuántos grados están”, sino del tipo de energía que se genera entre ellos: si se entienden, si chocan, si se potencian o se estorban. Es como si los planetas se hablaran entre sí desde diferentes puntos del cielo, y la naturaleza de esa conversación depende del tipo de aspecto.
Tradicionalmente se han utilizado cinco aspectos principales, conocidos como aspectos ptolemaicos, ya que provienen de la tradición que se remonta a Claudio Ptolomeo. Son la conjunción, la oposición, la cuadratura, el trígono y el sextil. Cada uno tiene una naturaleza propia y establecen una dinámica concreta entre los planetas implicados.
Estos aspectos han sido el pilar del análisis astrológico durante siglos. No fue hasta el siglo XVII, con Kepler, cuando comenzaron a definirse otros conocidos como aspectos menores o exóticos.
Vamos a ver qué significan cada uno de estos aspectos y cómo interpretarlos.
Aspectos Ptolemaicos
LA CONJUNCIÓN
La conjunción es un aspecto muy energético, de naturaleza Aries-Aries, que nos empuja a la acción. Se produce cuando dos planetas están muy cerca en la eclíptica y sus energías actúan como una sola. Cuanto más estrecha sea la conjunción, más intensa será su manifestación. La clave para interpretarla está en la compatibilidad de los planetas implicados: si se entienden bien, trabajan juntos; si no, pueden obstaculizarse mutuamente.
LA OPOSICIÓN
De naturaleza Aries-Libra, la oposición pone frente a frente dos signos y, por tanto, dos planetas con energías muy distintas. Genera una tensión constante entre polos opuestos que puede vivirse como conflicto, proyección o inestabilidad emocional. Es una lucha interna que suele reflejarse en relaciones o situaciones externas, obligando a buscar equilibrio.
LA CUADRATURA
La cuadratura (Aries-Cáncer) conecta signos de elementos incompatibles pero con una misma modalidad, lo que genera fricción interna. Es uno de los aspectos más desafiantes porque ningún planeta logra expresarse con fluidez: uno desvía al otro continuamente. Aunque no siempre se nota desde fuera, el desgaste interno puede ser importante, pero también impulsa al crecimiento.
EL TRÍGONO
De naturaleza Aries-Leo, el trígono une planetas del mismo elemento, facilitando una relación fluida y espontánea. Se asocia con talentos innatos, estabilidad y facilidad para integrar las funciones de los planetas implicados. El riesgo es caer en la comodidad, ya que al no haber fricción, puede faltar motivación para evolucionar.
EL SEXTIL
El sextil, con vibración Aries-Géminis, une planetas de elementos compatibles. Representa potenciales que, con un mínimo de esfuerzo, pueden convertirse en habilidades sólidas. Es un aspecto de oportunidad: ofrece herramientas, pero depende del individuo usarlas o no. Aporta dinamismo sin la presión de una cuadratura ni la pasividad de un trígono.
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